Desde que entré a este colegio, hace 7 años, he sido la mujer más feliz y bendecida de este mundo. He crecido como persona, como compañera, como madre y como profesional. El dinero me alcanza para todo por el amor con que me lo pagan, pienso que vivo en abundancia y puedo seguir ayudando a mis hijos.
Recuerdo cuando escuchaba a Don Juan Pablo en las conferencias o talleres que dictaba para el personal sobre la “Teoría de la Elección”, de William Glasser, al igual que sobre otros temas, y, aunque hablara en inglés y yo no entendiera nada, era feliz porque aprendía mucho de él.
Luego, al tomar el curso básico en “Teoría de la Elección”, mi vida dió un giro de 180º porque comprendí que efectivamente sí podía tener el control sobre mi vida y mi felicidad. En ese momento cambió mi vida, mi forma de expresarme, de percibir el mundo exterior, asumiendo un papel activo en mi vida y evitando que el contexto me afectara. Además, pude enseñarles a mis hijos muchos de los aprendizajes que adquirí aquí y eso me permitió sentirme exitosa en mi labor de madre, después de tantos errores cometidos durante la crianza.
También puedo decir que mi estilo de vida cambió, empecé a disfrutar de la vida que tenía y labrar el futuro que deseaba. Empecé a tomar decisiones y, lo más importante, a incluirme en mi mundo de calidad.
Un tiempo después, gracias al colegio, pude tomar un curso de emprendimiento, por lo cual me siento muy feliz, ya que pude ampliar la visión hacia la independencia y la generación de ingresos adicionales, además de que nació una bonita posibilidad de pensar en seguir siendo productiva después de que llegue mi jubilación.
Me siento muy afortunada de haber conocido personas tan importantes como la familia Aljure, con un corazón inmenso, a Jairito Santana que se ha convertido en mi amigo incondicional, a Miss Carolina Yepes, que me ha escuchado, orientado y acompañado a cambiar el rumbo de mi vida como madre y como persona.
Además de todo lo anterior, Miss Carito (como le digo de cariño), me preguntó acerca de los sueños que me quedaban por cumplir y gracias a esa conversación, al gran apoyo de Miss Iliana, y al apoyo de Miss Adriana, empecé a estudiar la técnica de Fondant, la cual puedo poner en práctica en mi trabajo.
Es por eso que hoy quiero mostrarles a todos parte de ese momento de felicidad y éxito logrado, y contarles además que seguiré en ese maravilloso proceso llamado aprendizaje.
Cada día me siento más feliz porque sé que valoran mi trabajo y me siento parte de esta gran familia Rochesteriana.
Volver a estudiar era algo que nunca imaginé volver a hacer. Veía muy lejana la posibilidad de estudiar y de crecer en mi profesión. Ahora sé que es posible retomar mis estudios de secundaria e iniciar una carrera tecnológica en el SENA.
Todo es posible si lo crees y si encuentras personas a tu alrededor que te inspiren a ser mejor persona y a luchar por tus sueños.
¡Gracias y éxitos en sus vidas!
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