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Carlos Mauricio Vázquez: Liderazgo y Trayectoria Impulsados por los Valores del Colegio Rochester



Por Andrés Mojica, Coordinador del Centro de Exalumnos


Carlos Mauricio Vázquez, exalumno de la generación de 1988 del Colegio Rochester, ha recorrido un destacado camino en el ámbito de las finanzas y la seguridad social, desempeñándose como Director General de Compensar, una de las cajas de compensación más reconocidas en Bogotá. Su trayectoria profesional incluye especializaciones en Finanzas y Relaciones Internacionales, con estudios en el exterior, y una sólida carrera en Compensar. En esta entrevista, Carlos Mauricio nos cuenta cómo su paso por el Colegio Rochester moldeó su enfoque hacia el liderazgo, el trabajo en equipo y la importancia de disfrutar el proceso educativo por encima de los resultados, además de mantener vivas sus pasiones personales.

 

“Yo soy Carlos Mauricio Vázquez, soy exalumno de la generación de 1988, tengo tres hijos que pasaron por el colegio. Aún dos hijas están estudiando en él y me han pedido que haga un pequeño video contando un poco sobre mi historia. En el colegio, yo fui reconocido porque nadaba, entonces tuve la oportunidad de participar en muchos campeonatos nacionales; estaba en el equipo del colegio y alcancé a ser campeón bogotano de 100 y 200 espalda, de 50 libre, y subcampeón nacional en 100 y 200 espalda. Después, tuve un paso interesante por las matemáticas, que incluso fueron las que definieron un poco mi carrera, porque en las matemáticas me sentía muy cómodo, pero no quería aplicación directa de matemáticas, no quería matemáticas puras ni una ingeniería. Al mismo tiempo, tenía ciertas facilidades para las humanidades sociales, lo que me permitió, en general, ser buen estudiante. Yo era de los que siempre cumplía con todas las materias y al graduarme decidí estudiar Finanzas y Relaciones Internacionales. En Finanzas tuve la oportunidad de ganarme dos becas durante la carrera por desempeño. Creo que si tuviera que volver a estudiar, volvería a estudiar Finanzas y Relaciones Internacionales.

 


Definí mi carrera en la posibilidad de administrar dinero trabajando en finanzas, pero la vida me fue conduciendo hasta Compensar, que es una empresa de Seguridad Social, una caja de compensación que trabaja en Bogotá, muy reconocida, de la cual hoy soy el director general. Agradezco al colegio enormemente por todas las habilidades blandas y duras que me brindó para afrontar estos desafíos. La primera de ellas es trabajar con todo el mundo. Creo que la esencia de trabajar en el colegio, incluso con los colaboradores de la cafetería y el personal de mantenimiento, hizo que tuviéramos un entendimiento de que somos una comunidad con roles, y en lugar de separarnos y diferenciarnos, es mejor trabajar juntos. La segunda es la aplicación de la regla de oro, que hoy es tan común, pero que en nuestras épocas ya se practicaba: tratar a los demás como te gustaría ser tratado. Eso parece hoy retórico, pero tal vez sea lo más importante en la vida para progresar. Una figura de liderazgo tiene que entender que las personas a quienes lidera son colegas, no subalternos, y en ese liderazgo tenemos toda la posibilidad de construir relaciones sinceras y legítimas. Tercero, seguir practicando las pasiones. El Rochester impulsa mucho esto, y hoy, aunque no tengo tanto tiempo, sí tengo la posibilidad de hacer algunas cosas. Sigo patinando, corriendo, monto bicicleta y disfruto mucho tiempo con mi familia. Soy un verdadero admirador del modelo del Rochester, porque lo último que quiero decir es que esa idea de no fijarse solo en las notas, ni en los ECAES y los resultados, que finalmente hacen que los niños se vuelvan competitivos y que disfruten poco el colegio por estar pensando en las notas, es algo que el colegio tiene y que yo comparto plenamente. Disfruta el proceso, que al final el resultado será positivo. Gracias, Rochester, por todo lo que me aportaste en la vida.”


 

Carlos Mauricio Vázquez: Leadership and Career Driven by Rochester School Values

 

Carlos Mauricio Vázquez, an alumnus of Rochester School's 1988 graduating class, has had an outstanding career in the field of finance and social security, serving as General Director of Compensar, one of the most recognized compensation funds in Bogota. His professional career includes specializations in Finance and International Relations, with studies abroad, and a solid career at Compensar. In this interview, Carlos Mauricio tells us how his time at Rochester School shaped his approach to leadership, teamwork and the importance of enjoying the educational process over results, as well as keeping his personal passions alive.

 

“I am Carlos Mauricio Vázquez, I am an alumnus of the 1988 generation, I have three children who went through the school. Two of my daughters are still studying there and they have asked me to make a short video telling a little about my story. At school, I was recognized because I swam, so I had the opportunity to participate in many national championships; I was in the school team and I became champion of Bogota in 100 and 200 backstroke, 50 free, and national runner-up in 100 and 200 backstroke. Afterwards, I had an interesting step in mathematics, which even defined my career a little bit, because I felt very comfortable in mathematics, but I didn't want a direct application of mathematics, I didn't want pure mathematics or engineering. At the same time, I had certain facilities for social humanities, which allowed me, in general, to be a good student. I was one of those who always completed all the subjects and when I graduated I decided to study Finance and International Relations. In Finance I had the opportunity to win two scholarships during my studies for performance. I think that if I had to go back to school, I would go back to Finance and International Relations.

 

I defined my career in the possibility of managing money by working in finance, but life led me to Compensar, which is a Social Security company, a compensation fund that works in Bogotá, very well known, of which today I am the general director. I thank the school enormously for all the soft and hard skills it gave me to face these challenges. The first of these is to work with everyone. I think the essence of working in the school, even with the cafeteria co-workers and maintenance staff, made us have an understanding that we are a community with roles, and instead of separating and differentiating, it is better to work together. The second is the application of the golden rule, which is so common today, but which was already practiced in our times: treat others as you would like to be treated. That seems rhetorical today, but perhaps it is the most important thing in life for progress. A leadership figure has to understand that the people he or she leads are colleagues, not subordinates, and in that leadership we have every possibility of building sincere and legitimate relationships.

 

Third, keep practicing the passions. Rochester drives a lot of this, and today, although I don't have as much time, I do have the opportunity to do some things. I still skateboard, run, bike, and enjoy a lot of time with my family. I am a true admirer of the Rochester model, because the last thing I want to say is that this idea of not focusing only on grades, nor on the ECAES and the results, which in the end make children become competitive and not enjoy school because they are thinking about grades, is something that the school has and that I fully share. Enjoy the process, in the end the outcome will be positive. Thank you, Rochester, for all that you have given me in life.”

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