Por Ana Lavrinovich
¡Aprender Jugando!: La gramática puede ser divertida.
La gramática no siempre es la materia favorita de todos, ¡pero nuestra reciente actividad de "Estación de Gramática" en octavo la convirtió en un éxito inesperado! A los estudiantes de las clases de inglés se les asignó la tarea de crear juegos interactivos basados en temas específicos de gramática. ¿El objetivo? Hacer que aprender gramática fuera entretenido y, lo más importante, divertido.
Los grupos trabajaron en la creación de juegos prácticos que ayudaron a reforzar reglas complejas de una manera memorable. Un grupo incluso inventó un "Monopoly de gramática", en el que los estudiantes debían construir oraciones gramaticalmente correctas lo más rápido posible para ganar puntos. Estos desafíos creativos dieron a los estudiantes la oportunidad de aplicar lo aprendido en clase, al mismo tiempo que enseñaban y se ponían a prueba entre ellos en un ambiente relajado y animado.
Al final del día, no solo dominaron el tema de gramática asignado, sino que también aprendieron trucos y consejos de los juegos de sus compañeros. La Estación de Gramática nos recordó que aprender no siempre tiene que ser serio; puede ser igualmente efectivo (¡y quizás incluso más memorable!) cuando nos divertimos.
By Ana Lavrinovich
Learn by Playing: Grammar can be fun.
Grammar isn't always everyone's favorite subject, but our recent “Grammar Station” activity in ninth grade made it an unexpected hit! Students in English classes were tasked with creating interactive games based on specific grammar topics. The goal? To make learning grammar entertaining and, most importantly, fun.
Groups worked on creating hands-on games that helped reinforce complex rules in a memorable way. One group even invented a “Grammar Monopoly,” in which students had to construct grammatically correct sentences as quickly as possible to earn points. These creative challenges gave students the opportunity to apply what they learned in class, while teaching and testing each other in a relaxed and lively environment.
By the end of the day, they not only mastered their assigned grammar topic, but also learned tricks and tips from their peers' games. The Grammar Station reminded us that learning doesn't always have to be serious; it can be just as effective (and perhaps even more memorable!) when we have fun.
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