Por Ángel Angulo
Profesor Educación Religiosa
El pasado 11 de diciembre, la comunidad educativa vivió un momento inolvidable con la celebración del sacramento de la Reconciliación de 51 niños y niñas de grado tercero.
Los estudiantes, como es normal, llegaron con el corazón lleno de emociones, mezclando el nerviosismo de lo desconocido con la expectativa de dar un gran paso en su fe.
Durante cinco meses se prepararon con esmero, aprendiendo sobre este sacramento y descubriendo que el perdón es un puente hacia la paz interior y la cercanía con Dios.
Este momento especial no solo transformó a los niños, sino también a toda la comunidad, fortaleciendo los lazos que los unen y recordándoles el poder de caminar juntos en la fe.
Fue un espacio de alegría, reflexión y, sobre todo, de amor compartido.
My First Confession
By Angel Angulo
Professor of Religious Education
On December 11, the educational community experienced an unforgettable moment with the celebration of the sacrament of Reconciliation for 51 fourth-grade boys and girls.
The students, as is normal, arrived with hearts full of emotions, mixing the nervousness of the unknown with the expectation of taking a great step in their faith.
For five months, they prepared carefully, learning about this sacrament and discovering that forgiveness is a bridge to inner peace and closeness to God.
This special moment not only transformed the children but also the entire community, strengthening the ties that unite them and reminding them of the power of walking together in faith. It was a space of joy, reflection, and, above all, shared love.
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